Andaba yo por tierras suecas cuando mi amigo Peter me enseñó a hacer este sencillo, rico e hipercalórico plato tan típico de allí. Sin duda ideal para combatir el frío y llenar los depósitos de energía.
Se puede hacer con todo típo de patatas, pero lo ideal es que sean unas pequeñitas y frescas, són mucho más sabrosas. Las lavamos un poco con agua y las ponemos a hervir en agua con sal. No hace falta pelarlas (si son realmente frescas la peladura, tras hervir, se puede comer).
Las "meatballs" (se compran en el super o en la carnicería ya hechas) se cocinan tapadas a fuego lento en una sartén. Son sencillamente un típo de albóndiga, la mayoría con algo de vegetales en la mezcla y algún aglutinante, como harina.
Se coloca todo en un plato y se acompaña con zanahoria rallada, una bechamel (de leche de soja si ese prefiere) y mermelada de frutos rojos. ¡Y ya está!
La "bechamel de soja" es sencillamente un concentrado de leche de soja, "soja cuisine", cocinada a fuego lento en un cazo pequeño mientras le agregamos harina tamizada (pasarla por un colador de malla metálica) y una pizca de nuez moscada.
Variante: Cocer al horno las patatas con un poco de cebolla y al final de su cocción agregar las "meatballs".
¡Ala, a ponerse tocinete!
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