Fianles Abril 2009, con Miki.
Improvisamos una salida a la montaña. Nos dá igual dónde. Necesitamos exorcitar según que pensamientos, ordenar un poco nuestras cabezas, hacer ejercicio, reencontrarnos con la naturaleza... romper la rutina.
El viernes después de trabajar, sobre las 6 de la tarde, cogemos el coche y decidimos ir a recorrer los vestigios de la Vía Annia, ramal de la famosa Vía Augusta. Conocida en la actualidad como la vía romana de Capsacosta, y con un recorrido desde el paso de Traginers (Vall de Bianya) hasta Sant Pau de Segúries (Ripollès), es una de las mejor conservadas y, por tanto, un testimonio excepcional de un período histórico de gran trascendencia para nuestro país.
Llegamos al inicio del recorrido, pero nos falta comprar provisiones de comida así que avanzamos hasta Sant Joan de les Abadesses. Una vez allí, y para no volver atrás con el coche, sopesamos las posibilidades de ir por el GR-1 (Cap de Creus - Finisterre) hasta Sant Pau de Segúries y allí empezar la via romana de Capsacosta.
Preparamos las mochilas, dejamos lo que no vamos a usar en el coche y nos lanzamos al camino ya pasadas las 7 de la tarde.
Las pequeñas cumbres (estamos a unos 800 metros sobre el nivel del mar), aparecen nubladas, y justo hacia donde nos dirigimos, el interior de la montaña, allí son todavía más oscuras las nubes. Sin duda esta noche sería fría y humeda.
Estamos recorriendo el GR-1 a la inversa, siguiendo las marcas rojas y blancas. Este mísmo sendero es una de las ramas del Camino de Santiago, así que también se dejan ver algunas conchas y marcas amarillas propias. Miki me cuenta que los senderos de Gran Recorrido son, en su mayoría, vías humanas que se remontan muchísimos años atrás, seguramente desde los primeros habitantes de la zona.
No tienen nada que ver con las suntuosas, bien diseñadas y monumentales vías romanas. Por dónde podían pasar carros sin demasiada dificultad. Se trata de caminos abruptos, que atraviesan raichuelos, suben y bajan, pasan por barro, piedras, praderas, entre árboles... y son todo menos rectos y planos.
Alrededor de las 9 ya está casi oscuro, buscamos un lugar mullido y llano. Plantamos la tienda en un santiamén y cenamos. Hay una humedad del 100%, todo queda empapado enseguida y el suelo y la lona de la tienda están chorreando. Estamos en mitad de la nube. Se vé el reflejo de las luces amarillas de la carretera a lo lejos, difuminadas por la misma niebla.
La salamandra es un amfibio fácil de encontrar en zonas humedas con vegetación. Se mueve de un lugar a otro en días lluviosos o aprovechando la humedad de la mañana, buscando charcas de agua para colonizarlas y reproduirse. Contrariamente a lo que se pudiera pensar, a causa de sus llamativos colores, no son venenosas, pero la substáncia blanca y espesa que es capaz de segregar su piel solo irrita zonas sensbles como la boca, la nariz y los ojos. Siempre se la ha relacionado con elementos mágicos, por su gran capacidad de regeneración y como símbolo de la alquimia, además de ser uno de los monstruos mitológicos por excelencia. Ni se inmutó ante nuestra presencia... dejó que le hiciesemos una foto y siguió tomando el sol matutino.
Dentro de la tienda vemos que hay bastante pendiente, que el suelo no es llano y dentro del saco de dormir nos resbalamos hacia abajo, hacia la puerta de la tienda. Pasamos unas horas charlando antes de quedarnos dormidos. Pero a eso de las 3 de la mañana me despierta Miki. Ha salido a mear y ha visto que tenemos la tienda casi volcada. Nos hemso ido resbalando hasta casi acabar durmiendo encima de la puerta. Cojo la linterna y movemos la tienda de lugar, justo al lado del camino, algo menso mullido, pero más plano. Dormímos otras 4 horas y ya es de día. me despierta el sonido de un jabalí asustado que ha uído al ver a Miki salir de la tienda. Sin duda, si el cerdo vió la escenita de por la noche, con nosotros resbalando dentro de la tienda, se habrá hechado unas risas.
Seguimos nuestro camino sin muchas dificultades, solo algún despiste del camino por mala señalización, pero luego volvíamos a encontrarlo. Llegamos a Sant Pau de Segúries y buscamos indicadores hasta el inicio de la Vía Annia. Una vez allí empezamos esta nueva parte del trayecto, que como ya os he contado es muy distinta a la antrerior sobretodo por el tipo de vía.
Muchas de las enormes piedras que formaban el camino fueron usadas a posterior, cuando la vía quedó en deshuso, o han sido recuperadas por la naturaleza, pero en algunas partes aún se aprecia perfectamente la calzada de esta auténtica obra de ingeniería romana.
No llegamos a completarla del todo, llevamos hoy unas 3-4 horas de marcha y tenemos que volver al coche, en Sant Joan de les Abadesses. Así que solo llegamos hasta el Collet de Capsacosta, dónde comemos sentados en unas rocas.
Cubrimos la vuelta en menos tiempo del que nos ha costado llegar hasta aquí, pues ya nos sabemos el camino y no hacemos tantas fotos ni nos entretenemos con la fauna y la flora. Yo diría que un 30% menos de tiempo del que tardamos en hacer la ida.
Bueno ha sido una gran jornada, hemos pateado unas 6-7 horas hoy y un par o tres ayer. Estamos cansados pero también muy contentos y satisfechos de nosotros mismos. Deseando de que se repita la experiencia.
Si le preguntaseís a Miki sobre la excursión os contaría lo mucho que se rió por la noche el día de la acampada, al verme a mí comiendo arroz con los palillos chinos y con la linterna atada a la cabeza con la goma de la esterilla. Jajjajaja! Estamos hechos unos pataliebre...
Sed felices!
+ info:
Via Romana del Capsacosta
GR-1
2 comentarios:
Hola Juanka tienes una página muy interesante, tu país es muy bello espero llegar a conocer mas lugares preciosos como los q muestras en tus relatos.
jajja! Que grata sorpresa! Encantado de verte por aquí... seguro que conoces más cosillas de este país y de todos a los que vayas! Este mundo es muy grande y está lleno de maravillas... solo hace falta ganas de salir a verlas!
Ya me contarás las que descubristes por el tuyo... me las apunto sin falta, para el día que se me presente la oportunidad :)
saludos!
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