He aquí la historia de un hombre que, por contentar su alma, su incansable busqueda de la verdad, salta de vida en vida intentando hallar respuestas... alcanzar un estado de paz.
El hijo de un brahman al que nada le falta renuncia a todo para irse con los samanas (ascetas y mendicantes), para más tarde pasar a ser comerciante y amante, y finalmente volver luego al camino de la incansable búsqueda de la verdad y la paz del alma, pero esta vez de forma autónoma.
Un libro que me fascinó cuando lo leí con 16 o 17 años... y que de bien seguro me volvería a fascinar. Me descubrió que, a pesar de ser ficción, una vida puede contener muchas vidas y experiencias distintas. Que para hallar respuestas uno mísmo no se necesitan caminos establecidos, ni siquiera una constancia, porque no hay solo una manera de hacer las cosas... el mundo es cambiante y nosotros con él. Y que terminar una etapa y empezar otra puede ser difícil, pero que es la única manera de conocer según que cosas.
Son unas pocas páginas, un cuentecillo que os leeréis en unas pocas horas y que, espero, os guste y os haga ver que no hay más horizontes que los que uno se fije por delante.
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